
El Artículo 16
Se ha aprobado dar la nacionalidad automática a cualquier extranjero, por el hecho de nacer aquí. Pasando por encima a sus respectivas constituciones. Pero no nos engañemos ni seamos hipócritas. Se trata de aquellos con quienes tenemos frontera, se trata de los haitianos y de Haití. De quienes nos independizamos (Nuestra independencia no fué de España) luego de haber sido invadidos y dominados durante 22 años. (1822-1844). Durante los cuales se aplicó una política brutal de abusos, discriminación y de crímenes raciales y étnicos contra el pueblo dominicano. Se terminó el acceso a la educación, se prohibió la enseñanza del idioma español. Se cerraron las escuelas y se clausuró la Universidad Primada de América. Duarte nos liberó de ese período de oscuridad y de oprobio, de pueblo sometido, nos dió la libertad a costa del sacrificio personal y de su familia, a costa de la sangre y lágrimas de cientos de dominicanos que cayeron en las luchas independentistas.
Nuestros problemas migratorios los tenemos con nuestros vecinos haitianos, no es con chinos ni sudamericanos. No es con españoles ni con árabes. Mucho menos con usamericanos ni alemanes.
Aquí ningún chino, ecuatoriano, peruano, español, árabe, usamericano o alemán viene al país a pedir limosnas en las esquinas, a trabajar en la construcción, en la agricultura, a vender venduras por las calles, a servir de mandadero, a buscar tratamiento médico contra sus enfermedades, a buscar una butaca en una escuela en donde educarse, cuando a los mismos dominicanos les hacen falta las mismas en demasía, o lo que es peor, a parir aquí para obtener automáticamente nuestra nacionalidad. Tampoco vienen los europeos, asiáticos y sudamericanos a cometer atracos, estupros, violaciones, prepotencias y decapitaciones en contra de los nuestros. Que ya aquí tenemos demasiados de los nuestros que se dedican a ello, no hay necesidad de abrirles las puertas a los vecinos. Y esto no es Xenofobia, nadie me venga con ese chantaje. La ley establece, aquí y en todas partes del mundo los mecanismos para obtener la CIUDADANIA (que no la NACIONALIDAD). Residencia legal durante un periodo de tiempo justo, conocer el idioma, las leyes y nuestra historia, pero hay algo inaceptable para los vecinos y sus quintacolumnas... JURAR por el símbolo dominicano: NUESTRA Bandera,
Algo que ningún vecino haitiano ha hecho ni hará jamás.
A ellos, que según su propia constitución son y serán siempre haitianos por derecho de sangre, se les enseña desde pequeños que este lado les pertenece, que les hemos quitado lo suyo y que están en la obligación de recuperarlo. Crecen con ese odio hacia nosotros. A los dominicanos, los haitianos no les pasan por la mente. Es como si ese país no existiera. Los que dicen que los dominicanos odian a los haitianos mienten descaradamente y demuestran con ello que siguen una agenda extranjera. Esa es la verdad. Es muy fácil pontificar al respecto desde París. Solo un puñado de dominicanos se beneficia de la situación de miseria del pueblo haitiano, se aprovechan de ella, de su mano de obra barata. Sinembargo, sus supuestos defensores, "dominicanos" afrancesados que viven gracias a la existencia misma de esa miseria, en el fondo de sus duros corazones de cemento desearían que ésta nunca acabara para seguir viviendo cómodamente a costa de presupuestos extranjeros.
Pero La Historia, inexorable nunca los perdonará.-
Doktor Gnomegang.-
Nuestros problemas migratorios los tenemos con nuestros vecinos haitianos, no es con chinos ni sudamericanos. No es con españoles ni con árabes. Mucho menos con usamericanos ni alemanes.
Aquí ningún chino, ecuatoriano, peruano, español, árabe, usamericano o alemán viene al país a pedir limosnas en las esquinas, a trabajar en la construcción, en la agricultura, a vender venduras por las calles, a servir de mandadero, a buscar tratamiento médico contra sus enfermedades, a buscar una butaca en una escuela en donde educarse, cuando a los mismos dominicanos les hacen falta las mismas en demasía, o lo que es peor, a parir aquí para obtener automáticamente nuestra nacionalidad. Tampoco vienen los europeos, asiáticos y sudamericanos a cometer atracos, estupros, violaciones, prepotencias y decapitaciones en contra de los nuestros. Que ya aquí tenemos demasiados de los nuestros que se dedican a ello, no hay necesidad de abrirles las puertas a los vecinos. Y esto no es Xenofobia, nadie me venga con ese chantaje. La ley establece, aquí y en todas partes del mundo los mecanismos para obtener la CIUDADANIA (que no la NACIONALIDAD). Residencia legal durante un periodo de tiempo justo, conocer el idioma, las leyes y nuestra historia, pero hay algo inaceptable para los vecinos y sus quintacolumnas... JURAR por el símbolo dominicano: NUESTRA Bandera,
Algo que ningún vecino haitiano ha hecho ni hará jamás.
A ellos, que según su propia constitución son y serán siempre haitianos por derecho de sangre, se les enseña desde pequeños que este lado les pertenece, que les hemos quitado lo suyo y que están en la obligación de recuperarlo. Crecen con ese odio hacia nosotros. A los dominicanos, los haitianos no les pasan por la mente. Es como si ese país no existiera. Los que dicen que los dominicanos odian a los haitianos mienten descaradamente y demuestran con ello que siguen una agenda extranjera. Esa es la verdad. Es muy fácil pontificar al respecto desde París. Solo un puñado de dominicanos se beneficia de la situación de miseria del pueblo haitiano, se aprovechan de ella, de su mano de obra barata. Sinembargo, sus supuestos defensores, "dominicanos" afrancesados que viven gracias a la existencia misma de esa miseria, en el fondo de sus duros corazones de cemento desearían que ésta nunca acabara para seguir viviendo cómodamente a costa de presupuestos extranjeros.
Pero La Historia, inexorable nunca los perdonará.-
Doktor Gnomegang.-